lunes, 9 de abril de 2007

LLEGO LA HORA DE HACER PEDAZOS A SOBERANES


gomezleyva@milenio.com / www.milenio.com / Lunes 9 de abril del 2007

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de José Luis Soberanes llevaba un récord pulcro: denunció torturas a los altermundistas en las cárceles de Guadalajara en 2004, primero; registró tropelías paramilitares en Lázaro Cárdenas y San Salvador Atenco en 2006, después.

Sin embargo, los adoradores de la teoría de la conspiración, para quienes todo acto del Estado mexicano es maligno per se, ya no saludaron con entusiasmo el reciente informe de la CNDH sobre Oaxaca, pues no reconocía desaparecidos políticos.

Hoy la suerte de Soberanes parece estar echada frente a esos grupos, ONGs y celebridades. El caso de la presunta violación y asesinato de la señora Ernestina Ascensio por parte de soldados en la sierra de Zongolica, Veracruz, está sirviendo, entre otras cosas, para que quienes necesitaban abrir fuego contra el ombudsman, lo hagan a discreción.

Como en Guadalajara o Atenco, la CNDH ha sido firme: Ernestina murió a consecuencia de una gastritis crónica y no hay rastros de que haya sido golpeada ni vejada. Quien mejor expone el punto es la segunda visitadora de la CNDH, la feminista, la durísima Susana Pedrosa. ¿Qué le haría cambiar de bando hoy, por qué se habría corrompido, quién la estaría amenazando para que no señale a los soldados?

Supongo que nadie. Pero cuando alguien se aparta de la teoría de los conspiradores, de su consigna “los militares violaron a la anciana”, debe ser descalificado, hecho pedazos, hecho mierda.

Le llegó el turno a José Luis Soberanes. En beneficio, por cierto, de las autoridades del gobierno de Veracruz, que, esas sí, alteran el sentido de las autopsias y aparecen y desaparecen el semen.

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