viernes, 6 de abril de 2007

ZONGOLICA


Rodrigo Vera

México, D.F., 13 de marzo (apro).- El luchador social Julio Atenco Vidal desmiente categóricamente los señalamientos del presidente Felipe Calderón, quien aseguró que la indígena Ernestina Ascencio Rosario murió a causa de una gastritis crónica no atendida.

“Las afirmaciones del presidente Calderón son falsas. Alguien le dio información equivocada. Hay, pues, una mano negra que se está moviendo detrás de este caso”, dice Atenco Vidal, director de Obra Pública y Desarrollo del municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, situado en la sierra de Zongolica y donde fue asesinada la indígena, presuntamente por un grupo de soldados.

De esta manera, Atenco Vidal refuta las aseveraciones de Calderón, quien, en una entrevista con el diario La Jornada, publicada este martes 13, señaló textualmente:

“He estado pendiente del caso de la señora que se dice asesinaron en Zongolica (tras una presunta violación tumultuaria por militares). La CNDH intervino, y lo que resultó de la necropsia fue que falleció de gastritis crónica no atendida”.

Con estas declaraciones, Calderón deja entrever que apoya sus aseveraciones en la necropsia que practicó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el pasado viernes 9, para la cual tuvo que exhumar el cadáver de la indígena.

Sin embargo, a decir de la oficina de Comunicación Social de la CNDH, consultada por Apro, los análisis de la necropsia aún no concluyen, por lo que todavía no hay ningún informe al respecto.

Julio Atenco indica que él habló incluso con el visitador de la CNDH que practicó el examen, Pedro Armendáriz Enríquez, y éste le confirmó que aún no hay resultados, y que los análisis son, por el momento, confidenciales, por lo que el primer mandatario no pudo tener acceso a ellos.

Dice Atenco:

“Desde un principio, la CNDH nos dijo que tardaría dos meses para sacar sus conclusiones de la necropsia, aunque en un plazo de 15 días podría dar alguna información preliminar”.

Ernestina Ascencio murió el pasado 26 de febrero, en el hospital de Río Blanco. Ahí se le practicó una primera necropsia, en la que se determinó que su muerte se debió a fractura de cráneo y hemorragia anal, producto de la presunta violación por parte de los militares que estaban acantonados en Soledad Atzompa, según publicó esta semana la revista Proceso.

Inclusive, el subprocurador de Justicia de Veracruz, Miguel Mina, aseguró al semanario que la indígena sufrió violación por la “vía anal y la vía vaginal”, de acuerdo con las pesquisas asentadas en el expediente 140/2007, de la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales y Contra la Familia.

Atenco Vidal, líder de la Coordinación Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROISZ), indica que esta segunda necropsia fue para hacer un análisis más exhaustivo:

“Había que constatar si el cuerpo de la señora Ernestina tenía, por ejemplo, rastros de semen. Por eso intervino la CNDH”.

Concluye asombrado:

“No sabemos de dónde sacó el presidente Calderón ese diagnóstico; de que una gastritis fue la que mató a la señora Ernestina”.

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