viernes, 4 de mayo de 2007

DOÑA ERNESTINA (QEPD)


Ifigenia Martínez / El Universal / Jueves 3 de mayo de 2007

La muerte de doña Ernestina Ascencio Rosario, de 73 años de edad, habitante de Soledad Atzompa, Veracruz, municipio clasificado por el INEGI con un grado de marginación muy alto, amerita una seria y profunda reflexión ciudadana por la forma en que ocurrió. Según la Información Básica Municipal disponible, Soledad Atzompa se integra por 31 localidades de menos de mil habitantes, carece de hospitales y clínicas del servicio público de salud, y de las 2 mil 400 viviendas habitadas más de 80% carecía de agua entubada y de drenaje y tenía piso de tierra. La población analfabeta mayor de 15 años era 56%, y tan sólo 6% había completado la primaria.

Teniendo esa marginación y miseria extrema como telón de fondo, afrenta el mal trato que sufrió doña Ernestina a manos del Ejército, pero también el abandono de los gobiernos federal y estatal durante las administraciones neoliberales responsables de las fallidas "políticas de Estado" que no impulsan un desarrollo económico y social digno e incluyente.

Es un hecho que doña Ernestina estaba enferma, carecía de atención médica adecuada y que en esas condiciones efectuaba pesadas labores de hogar y trabajo. Llegó golpeada a su hogar por militares la noche del domingo 26 de febrero y transportada al hospital regional de Río Blanco, falleció en la mañana del lunes siguiente. ¿Qué misión cumplían miembros del Ejército adscritos al 63 Batallón de Infantería con base de operaciones en la sierra de Zongolica, Veracruz, ocasionando molestias y temor entre la población por la interferencia en sus quehaceres cotidianos? Si doña Ernestina, quien hablaba náhuatl, fue víctima de violencia y maltrato por parte del Ejército, será definido por la Procuraduría General de la República, mientras al gobernador le corresponde exigir respeto para la población civil de su estado y a las autoridades militares garantizar una relación respetuosa con el pueblo al que están obligados a otorgar protección y defensa.

Este grave incidente que implica a autoridades federales y locales no es más que la costra que esconde el verdadero delito, que es de carácter social y que consiste en el abandono que padece el grueso de la población que anteriormente fue campesina y ahora, sin ocupación fija ni protección alguna, tiene que refugiarse en la economía informal de subsistencia.

¿Por qué el gobierno de Veracruz no aplica un plan estatal que apoye la producción agrícola y pecuaria de la región, que la industrialice, que explote sus bosques (sujetos ya a un peligroso proceso de deforestación) para asegurar un desarrollo sustentable y empleo para la población, que supere el analfabetismo, proporcione una educación bilingüe y preserve la riqueza étnica del país?

Se necesita una verdadera planeación del desarrollo sustentable y una reforma del Estado para deshacer la contrarreforma de Carlos Salinas y sus sucesores, al desaparecer las instituciones de protección y fomento a la actividad agropecuaria y el sistema nacional de instituciones de crédito.

Y también urge una reforma educativa que obligue a completar los 12 años de educación básica, a llevar la cuenta de los trabajadores disponibles y a darles la capacitación técnica adecuada. ¿Pero cómo puede el estado de Veracruz financiar un plan estatal de desarrollo, cuando 91% de sus rentas se las proporciona la Federación mediante la vergonzante Ley de Coordinación Fiscal que despoja de sus atribuciones recaudatorias a las entidades federativas para hacerlas dependientes de la Secretaría de Hacienda?

Desde 1991 el municipio de Zongolica, adyacente al de Soledad Atzompa, ha sido gobernado por el PRD. Esperamos que la Confederación Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROISZ) intervenga, mediante su representación en la Cámara de Diputados, en la negociación sobre las asignaciones estatales y federales en el próximo presupuesto federal para su desarrollo sustentable e incluyente.

Urgen reformas al sistema de federalismo fiscal, así como el fortalecimiento de un sistema nacional de banca y crédito que aminore las profundas diferencias económicas y sociales que subsisten en un país que ya está ampliamente comunicado por tierra y que, en vísperas del centenario de la Revolución de Mexicana, no puede tolerar las abismales diferencias que han quedado al descubierto con el desamparo y muerte de doña Ernestina Ascencio Rosario.

Directora del Instituto Nacional de Formación Política del Partido de la Revolución Democrática. Integrante del Consejo Político del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Maestra en Economía por la Universidad de Harvard. Se ha desempeñado como investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Fue diputada federal de la L Legislatura por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), senadora de la República por el Frente Democrático Nacional, fundadora y miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, diputada federal de la LVIII Legislatura por dicho partido y embajadora permanente alterna de México en la ONU.

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