miércoles, 11 de abril de 2007

EL MISTERIO DE ZONGOLICA


mreyesretana@yahoo.com / www.milenio.com / Miércoles 11 de abril del 2007

¿Qué tan difícil puede ser realizar una autopsia? Hasta donde sé, los médicos patólogos tienen la suficiente experiencia como para entender, a través del análisis de un cuerpo, las razones de la defunción.

Pues no, en México pueden existir muchas versiones encontradas acerca de un mismo caso, y seguimos sin saber a ciencia cierta si Ernestina Ascencio fue violada o no. Y lo peor es que cada día surgen nuevos elementos que solamente logran confundirnos más.

Las declaraciones de la Procuraduría de Justicia de Veracruz, por ejemplo, en el sentido de que las muestras de semen recogidas en el cuerpo de la anciana se pudrieron porque fueron colocadas en una hielera, son verdaderamente risibles.

Pero, cuando uno cree que las cosas se están aclarando y que la violación no es más que un montaje del gobierno veracruzano, aparecen dos médicos de la UNAM afirmando que Ernestina fue objeto de “cópula” al menos 72 horas antes de su fallecimiento y tuvo “un coito anorectal” producido “con un pene en erección o con algún otro objeto”.

En el análisis, presentado por Denise Maerker en Atando Cabos, los médicos Patricia Miranda de la Peña, especialista en gineco-obstetricia, y José Francisco Barragán Riverón, cirujano legista, compararon la información de la autopsia y de la necrocirugía realizadas al cuerpo de Ernestina Ascencio y concluyeron que: “…existen elementos físicos para aseverar la penetración violenta y/o traumática por vía anal a la cavidad rectal”.

Es evidente que estos dos médicos no tienen interés en implicar al Ejército en una violación tumultuaria, pero entonces ¿las pruebas presentadas por la CNDH son falsas?

Lo único que queda claro, a estas alturas, es que alguien miente, y es grave. Si la versión de la violación es cierta, José Luis Soberanes y Felipe Calderón tienen que explicar por qué encubren un crimen tan atroz.

Pero, si el ataque a Ernestina Ascencio no fue más que un montaje de las autoridades veracruzanas, Fidel Herrera tiene que rendir cuentas. ¿Para qué lo hicieron? ¿Por qué perjudicar al Ejército? ¿Quién sale ganando?

Corren muchos rumores en el sentido de que las autoridades veracruzanas montaron el numerito con el objeto de que el Ejército abandone el estado, presionado tal vez por algún cártel o por policías locales al servicio del narco. La supuesta violación no sería, pues, más que una cortina de humo, un pretexto ideal para encubrir al crimen organizado.

Los legisladores harían bien en llamar a comparecer a Fidel Herrera, él tiene mucho que aclarar.

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